junio 25, 2008
Últimamente estoy escuchando alguna que otra extraña historia rocambolesca (¡toma adjetivos!). De esas historias que directamente te dices «cómo se puede aguantar eso». Todavía no tengo una opinión totalmente formada (pero si espero a tenerla quizá no escriba absolutamente nada), aunque me da que tiene que ver con la espiral de destrucción.
Este término, si así se puede llamar, lo empecé a utilizar hace años referente a las relaciones de pareja (después de otro tanto tiempo de reflexión, porque lo entendí con aquella que yo tenía): aquello que sucede cuando uno se va comiendo la vida del otro y el otro la de uno, se va ciñendo poco a poco la espiral, hasta que se llega al centro.